Contrario a épocas anteriores, la hidalga ciudad de Pedro García que llego a exhibir la mayor alegría al recibir a sus hijos los cuales solo lo visitan en épocas memorables como diciembre, las patronales y la Semana Santa, pero en este asueto la tristeza la volvió a llenar de melancolía y soledad por que casi nadie lo vino a ver ni a disfrutar de sus hermosos paisajes y sus lugares paradisíaco, es que ya la pava no pone donde ponía dijo doña mercedes, en alusión al letargo financiero de los petrogarcienses los cuales en su gran mayoría no pudieron venir por la arropante crisis que les afecta.