domingo, 9 de mayo de 2010

AGUA DE MAYO.

Llego el agua de Mayo a Pedro García.

Por Jeudith Rodriguez.

  Luego de transcurridos nueve días del mes de mayo por fin los Petrogarcienses pudieron disfrutar por más de 3 horas de una fuerte agua de mayo.


  Las personas salían ansiosas a mojarse y a gozarse su agua y en sus rostros se podía percibir la alegría de todos aquellos que se lanzaron a las calles.

  Es tradicional que en el mes de las madres, el mes de las flores, Pedro García sea visitado por numerosas aguas que fertilizan los cultivos y que las personas saben que ella es común en estas épocas.

  El rió Yásica nace en este poblado y bordea el centro urbano, adema abastece del preciado líquido a la ciudadanía, y en este domingo de mayo repitió sus hazaña de hacer crecidas históricas.

  No dejaban de curiosas los que siempre están al tanto de lo que acontece en la urbe, se podía notar al inicio de la crecida en el badén que comunica con Arroyo Prieto a un Enestor asustado pensativo por que quizás ese día se la pasaría de este lado ya que el vive del otro lado del rió, yo que estaba ahí me susurro “déjame ver en que esta Mercedes donde milila, pero yo sabia que era para despejar la mente”, mientras que del otro lado del badén los pescadores ocasionales hacían alarde de sus buenos oficios, heyyyyyyy otra mas, grito uno mientras, Enestor se marchaba.

  Gota a gota se empieza a derramar el badén que ya parece un brazo de mar, en eso llego queki, como de costumbre destapando el badén mientras el rió empieza a coger forma por que hasta nevera esta arrastrando y las aguas parecían como hablar de lo gozosas que estaban por recorrer todo el trayecto del rió.

  Mientras los troncos bajaban empezaban a llegar los mirones de siempre y como de costumbre acompañados de sus respectivos comentarios a lo lejo uno sonó y dijo tu veras mañana como amanece el badén tapao de palos y el ayuntamiento como esta en campaña durara par de días de vacaciones ya lo veras le decía al otro que le quedaba próximo.

  El agua seguía su andar por las calles cuando caía y caía de repente llego la calma de la tempestad y la gente empezó a salir y a dar gracias a Dios por que ya había pasado el agua y es que la gente de aquí tiene la costumbre de rociarle agua bendita al rió dizque para que este baje y no cause daños.

  El rió bajo estrepitosamente y todo volvió a la normalidad, pero quedo la duda de cuando volverá a llover duro recordemos que el día más claro llueve aquí en el sitio.

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